Riqueza Natural: en busca de la reconciliación entre el hombre y el bosque seco
A propósito del Día Internacional de la Paz, que se celebra el 21 de septiembre, ¿qué es la paz? La paz, según una definición básica de diccionario, es una situación o estado en que no hay guerra ni lucha entre dos o más partes enfrentadas, y también es el estado en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad.
Foto: Martha Del Río (CIAT)

Por años, territorios como La Jagua de Ibirico y El Copey, ubicados dentro del departamento del Cesar, Colombia, han sido escenario de conflicto y lucha por la vida, no solo entre actores armados y sociedad civil, sino también entre dos tipos de vida: la vida del hombre y la vida del bosque seco.
Para reconciliar estas vidas y volver a poner su relación vital en equilibrio, hay que escuchar sus voces. Por eso, actualmente el Programa Riqueza Natural de USAID – cuyo objetivo principal es reducir las amenazas a ecosistemas y especies prioritarios en paisajes estratégicos de las regiones Caribe y Orinoquía de Colombia – está desarrollando en la zona un estudio de caso con 21 productores de leche para identificar buenas prácticas ganaderas, ambiental y económicamente sostenibles, y potencialmente replicables; así como los puntos clave donde se pueden realizar acciones inmediatas para mejorar estos sistemas productivos. Este esfuerzo es realizado por el Programa en alianza con compradores especializados, con el objetivo de alinear incentivos para la producción sostenible de leche en la región.
Esta caracterización de los sistemas de producción de lechería, que recogió información en agosto a través de encuestas realizadas directamente por investigadores del CIAT, junto con otras organizaciones clave de la zona como FEGACESAR, será la base para que el Programa Riqueza Natural de USAID genere dos productos: un protocolo de buenas prácticas y un análisis costo-beneficio, tanto de las prácticas actuales como de las prácticas potenciales enfocadas en la conservación.
Estos dos productos serán fundamentales para encontrarle eco a la voz del hombre y a la voz del bosque seco entre las instituciones locales y potenciales aliados comerciales, de manera que estos puedan apalancar y liderar la ejecución de acciones de reconciliación entre estas dos partes.
Por lo pronto, el trabajo ya dio sus primeros frutos y se halló en Rafael Abadías Mindiola Oñate evidencia contundente de que sí se puede.
Esta es una población que quiere resurgir a nivel social y económico, con una actividad principal en la región que es la ganadería, y que tiene un ecosistema que está muy golpeado. El reto es permitir que surja esa producción ganadera, aunado a que resurjan también la conservación y la protección… el esfuerzo por reforestar
Sandra DurangoLocalización de los productores entrevistados por el Programa Riqueza Natural
No es una coincidencia que Rafael sea consejero para la paz de las comunidades afro. Lo que seguramente él no dimensiona aún es que su propia finca tiene el potencial para convertirse en una herramienta para construir esa paz entre el hombre y los recursos naturales. Sus cifras no mienten y son evidencia de que lo que sostienen los investigadores es una realidad: un sistema productivo ganadero es más eficiente cuando cuida los recursos naturales.
En Colombia, la mayoría de la población solemos asociar un potrero (sitio destinado a la cría y pasto de ganado) con un terreno plano y sin árboles… muy parecido a una cancha de fútbol. Por eso, no sorprende que el mismo Rafael creyera que sus potreros no son bonitos y necesitan más técnica. Se sorprendió cuando, durante la visita del CIAT –que lidera este estudio dentro de Riqueza Natural–, se dio cuenta que precisamente por el hecho de no haber tumbado nunca un árbol, hoy tiene rendimientos destacados, dado lo pequeño del terreno y el bajo nivel de tecnificación: 3,2 l de leche/vaca/día, cuando el promedio nacional está entre 2,5 y 3,5 l/vaca/día.
Sus cifras no mienten: el peso de su ganado al destete es de 230 kg, cuando el promedio nacional está entre 140 y 150 kg; y el intervalo entre partos es anual: ¡cada año tiene un ternero!… una cifra que cualquier ganadero envidiaría. ‘Sin querer, queriendo’, al conservar las especies nativas de leguminosas y gramíneas, Rafael le ha provisto la mejor ensalada a sus animales; y en agradecimiento, los recursos naturales le devuelven esto por la conservación: durante la sequía, él no sufre por falta de pasto ni por falta de agua.
Fotos: Martha Del Río & Sandra Durango (CIAT)
“Esta publicación es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de Chemonics International y CIAT, y no refleja necesariamente los puntos de vista de USAID o del Gobierno de los Estados Unidos.”
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